17 de octubre de 2012

WhatsApp

WhatsApp, otro medio de comunicación entre usuarios que está causando furor en los dispositivos móviles actuales pero, ¿qué conocemos de dicha aplicación?
La máxima difusión posible sin límites de comunicación, y el establecimiento de lazos de conexión múltiples entre las personas que pueden optar a dichos medios son, sin duda alguna, las mejores ventajas que se pueden obtener de estos canales de información.
Ahora bien, WhatsApp, al igual que Facebook, Twitter, Instagram  u otros canales de comunicación e información no deben alejarnos de una realidad absoluta y predominante entre los “códigos universales” de la difusión, la cual debería imponerse sobre el resto de características, el derecho de privacidad y el control de acceso y seguridad.
WhatsApp concretamente, es una aplicación para dispositivos móviles muy atractiva que actualmente registra una subida exponencial vertiginosa de usuarios debido a su gratuidad y a su manejo sencillo. Pese a todo, deberíamos preguntarnos qué tipo de contrato de privacidad firmamos u obtenemos en el momento de adquirir dicha aplicación.
¿No deberíamos reflexionar sobre el tipo de contenidos que exponemos en conversaciones de WhatsApp? Evidentemente, la información que exponemos mediante WhatsApp puede ser “hackeada” y utilizada en nuestra contra.
Nuestra recomendación es la siguiente:
-No debemos incluir información de contenido personal en ninguna conversación mediante este canal, tales como numeración de cuentas bancarias, datos personales de dirección, numeración del documento de identidad, …             
-En el caso extremo de haber realizado tales operaciones de intercambio de información de exclusividad, y haber adquirido problemas de robo y uso de dichos datos, ponerse en contacto con profesionales jurídicos y legales. 
Actualmente, la información es un poder al alcance de casi todos y se distribuye entre usuarios de un modo vertiginoso e instantáneo y ello conlleva aspectos positivos pero también negativos que debemos tener muy en cuenta. Aunque nos parezca que el receptor con el que nos comunicamos  sea una persona de máxima confianza, la información queda registrada mediante conductos telemáticos al alcance de de individuos o entes especializados que pueden hacer mal uso de nuestros datos.
Así pues, debemos tener en cuenta todos los condicionantes a la hora de exponernos a canales de información y comunicación compartidos y no reglados debidamente, o simplemente no reglados,  y queremos recomendar y aconsejar como gestores documentales y de la información, la cautela en el momento de incluir información específicamente exclusiva sin una adecuada seguridad y privacidad. 






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